jueves, 13 de diciembre de 2007

Las inundaciones transforman una localidad del departamento de Córdoba en un "pueblo fantasma" y dejan en suspenso las vidas de los niños y jóvenes

El pueblo de Palo de Agua, en el departamento colombiano de Córdoba, cubierto por las aguas de la crecida.


Los efectos de las inundaciones en esta zona comienzan a verse desde la carretera que une las localidades de Cereté y Lorica, en el departamento de Córdoba. Pese a que la crecida ha dejado en pie los troncos de los cocoteros, los fértiles campos de la región parecen ahora un pantano.
Desde que comenzaron las inundaciones durante la primera época de lluvias del año, hace varios meses, por las calles de Palo de Agua sólo se ha podido transitar en botes y lanchas. Dos de los tres edificios escolares del pueblo se han inundado, y el tercero se usa como refugio para los damnificados.
Debido a la crecida de las aguas, para llegar desde el exterior a Palo de Agua, un pueblo de unos 1.200 habitantes, ahora es necesario cruzar el río en una balsa que se construyó con ayuda de la Diócesis de Montería. Al llegar al pueblo, un camino construido con sacos de arena y piedras lleva hacia uno de los pocos puntos de Palo de Agua que no están sumergidos.

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