jueves, 13 de diciembre de 2007

FUNDACIÓN DEL CORREGIMIENTO DE PALO DE AGUA

Si buscamos los primeros pobladores del lugar donde está asentado el pueblo de Palo de Agua, debemos remitirnos a la hipótesis planteada por el profesor Jaime David Torralvo Álvarez, quien afirma:
“Lo primero que hay que plantear es que en un lugar muy cerca de donde se encuentra hoy ubicado el pueblo, existió un asentamiento indígena; estos indígenas vivían en un sitio por donde en una época estuvo pasando el río Sinú; nosotros sabemos que los ríos en su evolución van cambiando de cauce; entonces el río Sinú tuvo su curso en esa ocasión por lo que en estos momentos se conoce como El Caño del Tigre. Por recuentos de mi bisabuela, ella dice que para épocas de su juventud, conoció cuando el río apenas estaba iniciando el curso por donde está hoy, y que el curso ése del Caño del Tigre, era lo que quedaba con agua en el verano; el curso nuevo se secaba; esto nos indica que realmente hubo una época en que el Sinú cruzaba por otra parte y no por donde lo hace hoy.
Entonces a la orilla del antiguo curso o sea del Caño del Tigre, existió una gran población indígena; esto se ha comprobado por excavaciones que se han hecho: cuando se estaban construyendo los "camellones" de Palo de Agua a Garabito, yo recuerdo que el buldózer sacó restos de múcuras, y cementerios indígenas, lo que indicaba que en toda esa zona, desde ese frente, siguiendo hasta el camellón de Nariño, estuvo el asentamiento indígena. Con base en ciertas informaciones, el profesor José Dolores Narváez y mi persona, estuvimos haciendo unas excavaciones en ese sitio, y realmente detectamos que en todo el sector existe una gran cantidad de restos de vasijas y fragmentos de huesos. Como ese sitio fue arado, entonces se rompió casi la gran mayoría de las vasijas. Cuando estaban construyendo el camellón que va de Palo de Agua por la calle de los Sánchez hasta el camellón de Nariño, también se encontraron restos indígenas, y varias personas que tuvimos la oportunidad de ir hasta allá como Diego Madera, Anselmo Ballesta y otros, logramos encontrar muchos restos de vasijas, lo que demuestra que sí existió esa población. Podemos decir entonces que éste sería como el origen antropológico del pueblo.
Para esa época, eran posiblemente los Zenúes los que vivían aquí, en este sitio tan agradable para vivir. Ahora: hay que destacar que estos indígenas pasaban a la orilla del río la época de verano, porque cuando crecía y se inundaba toda la región, ellos emigraban hacia la parte alta, hacia las montañas, y ocupaban unos terrenos que fueron de propiedad del señor Milel Zarur, y que se les conoce con el nombre de La fortuna.
Cogiendo hacia Manantial también se encuentra una cantidad de restos de vasijas, lo que también indica que allí era un sitio donde ellos se reunían y tenían asentamiento; incluso es posible que haya existido aquí un cerro, el más alto, que era como un cerro ceremonial. Los indígenas tenían muchas creencias relativas al sol, la luna, y los astros, y para ellos era algo que dominaba su vida y que les ayudaba en las cosechas. Es posible entonces que ellos hayan rendido aquí algún tipo de culto.
Si nosotros observamos detenidamente en alguna de esas lomas, nos encontramos con rastros de una agricultura avanzada, lo que hoy se llama cultivos de terraza. Estos indígenas Zenúes trataron de poner en práctica ese tipo de cultivo, lo que indica que tenían una cultura agrícola muy avanzada, cosa que en nuestros días ni se da.
Esto parece que hace parte de la misma gran cultura de lo que fue Momil 1y Momil 2, pues para esa época se supone que esto ya era un asentamiento; de pronto data entonces de algunos años antes de la era cristiana.
Pienso que Reichel Dolmatoff cuando hizo los trabajos de Momil, llegó acá a esta zona, y también a la zona de Manantial, porque para esa época (recuerdo que muy niño íbamos a pasar vacaciones al Polvero) los campesinos de allá hablaban de que había un gringo que estaba montado en los cerros de Manantial buscando un caimán de oro. Esa era la historia que relataban los campesinos. Pero no era ningún gringo buscando caimán de oro, sino era Reichel Dolmatoff, quien se ponía a hacer excavaciones y entonces en la parte alta del cerro ubicaba una gran sombrilla en la que hacía sus trabajos y sus resúmenes, y que llegaba a este sitio en helicóptero.
Es bueno anotar que en el sitio de Palo de Agua y sus alrededores los indígenas también tuvieron una serie de canales; cuando nosotros recorremos la zona en épocas de verano, nos damos cuenta de que hay una serie de canales que intercomunicaban los dos ríos: el cauce nuevo con el cauce viejo, y con la ciénaga. Hay como una maraña de cauces, y esto también era una forma de ellos aprovechar el río Sinú para que les dejara humus, que en épocas de verano beneficiaba los cultivos y asentamientos”.

Otra versión planteada por el profesor Jesús Daniel Ávila Lopez es que “la fundación de Palo de Agua data de finales del siglo 18, es decir de 1770 - 1880, unos años más tarde después de haberse organizado la fundación de Santa Cruz de Lorica; consideramos que en su afán de descubrir cosas, los pobladores de Lorica subieron por el río Sinú y se localizaron en este sector que es conocido como Palo de Agua.
Yo me inclino por creer que fueron grupos de familias y no una persona en especial la que emprendiera la fundación de estos pueblos pues estos grupos de familias se ubicaban en puntos claves que les servían como punto de apoyo para la colonización, y fue esto lo que dio origen a la fundación o formación del pueblo años más tarde”.

Existen dos versiones dadas por los señores José Manuel Sánchez Calao y Alcides Manuel Mora Mora, mayores de edad e hijos legítimos del pueblo, quienes coincidieron en afirmar que “la fundación de Palo de Agua data de entre los años 1784 - 1803, y se le atribuye a un señor llamado Juan Vicente Garabito. Algunas versiones difusas en el tiempo, dicen que don Juan fue oriundo de la región de San Onofre o Morroa, hoy departamento de Sucre; en adelante no sabemos ni de su comienzo ni de su final. También se sabe de otras personas que posiblemente siguieron poblando al caserío luego del señor Garabito; entre ellas tenemos a Baltazar Jiménez y Presentación Mercado; se sabe poco de una familia Ávila que continuó poblando la región en la primera década del siglo XIX”.

La mayoría de las personas que llegaban aquí eran de color, descendientes de africanos, mezclados con blancos europeos, e indios, predominando la raza negra de la cual surgió un mestizaje.

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